El sistema educativo chileno en tiempos de diversidad cultural

05.05.2020

El siguiente ensayo tiene por objeto reflexionar desde una mirada crítica de la pedagogía acerca de la situación actual de la educación en un contexto de globalización y su impacto tanto en las políticas educacionales, como en las transformaciones culturales que integran el nuevo panorama nacional.

Comprender el campo educativo es complicado, más aún considerando que estamos insertos en una sociedad de la información que se configura a partir de redes de relaciones constituidas por la globalización y mediatizadas por el excesivo uso de los medios de comunicación y la lucha por el desarrollo político de los espacios sociales como lo son las instituciones educativas.

En este contexto, la educación en Chile ha demostrado un creciente déficit de programas y modelos de enseñanza que no cumplen con las nuevas exigencias pedagógicas que caracterizan la realidad. Esto se ve ejemplificado en un sistema educativo que aún no ha podido disolver la brecha de desigualdad en calidad educativa, y que sigue sin considerar el gran potencial de la participación familiar en el desarrollo de la educación inicial, así como también en temas de financiamiento, condiciones para los docentes y discriminación hacia los establecimientos educacionales.

Si agregamos estas problemáticas a un entorno global, las consecuencias son aún más grandes: A lo largo del tiempo, la era posmoderna ha tergiversado el concepto de educación viéndolo como una forma de inversión y capital humano que prepara a las personas para el crecimiento económico mediante la producción. Esto con el fin de mejorar sus condiciones laborales y crecer en el mercado. Sin embargo, no todo ha repercutido de manera positiva puesto que, a su vez, han surgido efectos negativos entre las relaciones humanas debido al individualismo y la competencia entre los pares, faltando al respeto y valor humano. Del mismo modo, García, Pulido y Montes del Castillo apoyan este análisis desde una perspectiva concisa:

En la medida en que los individuos desarrollen su capital humano a través de la educación, hallarán unas mejores condiciones de vida y mejor será la economía y la sociedad en general. Así pues, a nivel teórico, la pobreza y la discriminación provienen, en gran parte, del hecho de que los grupos marginados no poseen, por lo común, las mismas oportunidades para adquirir el conocimiento y las destrezas necesarios. (1993, p.226).

En efecto, las brechas socioeconómicas se mantienen y casi la mitad de los estudiantes no logra desarrollar habilidades básicas. Las ciencias exactas adquieren protagonismo, y las ciencias humanas pasan a un segundo plano, omitiendo su importancia en la reconstrucción social. Las ciencias humanas tales como: la Psicología, Antropología, Lenguaje, Filosofía general, Historiografía, C. del Arte, C. de la Educación, Ética, Dialéctica, Musicología, entre tantas más; nos permiten estudiar, conocer y comprender el pensamiento humano para integrarlo a un mundo globalizado con múltiples problemas humanísticos y culturales, lo que significa básicamente, cultivar en ellos y ellas, valores que proporcionen bienestar para la vida en común.

De ello es necesario admitir, que a través de la cultura un grupo de individuos manifiestan sus formas de comportamiento, por lo tanto, vivir en este mundo implica ser considerado ante las diferencias del otro. En este sentido, el sistema educativo chileno debiese estar preparado para enfrentar una diversidad cultural de cualquier ámbito, como es el caso de las minorías étnicas que no se sienten admitidas por las culturas mayoritarias. Ciertamente, es urgente terminar con la discriminación entre los pares porque no va de la mano con el reconocimiento y respeto de una cultura que es ajena a la propia, en otros términos: si todos tuviéramos una cultura similar a la del otro, no se daría este fenómeno de discriminación y desigualdad en la educación. Pero se debe entender que el mundo es heterogéneo y la diversidad es parte de lo que nos conforma como sociedad. Muy bien lo plantea Fernández Enguita acerca de la definición de Multiculturalidad como "reconocer la existencia, el valor y la autonomía de las distintas culturas existentes" (2001, p.55). Dicho de esa forma, ¿Cómo pueden los docentes abordar las problemáticas de diversidad en el aula? ¿De qué manera visibilizar la diferencia? En este caso, desde una perspectiva pedagógica, se vuelve imperante atender las necesidades del desarrollo cultural de las personas y ser efectivos en la intervención social para reconocer la diversidad, particularmente en territorios de alta pertenencia étnica, rural y/o de migración, que corresponden a los sitios más desprotegidos y desvalorados. Eduardo Vila se refiere respecto al tema, que la prioridad está en centrarse en los nuevos conceptos de "dignidad emergente de la igualdad y la libertad como principal valor que debemos defender y fomentar, más aún si cabe desde el mundo de la educación" (2006, p.918).

En resumidas cuentas, al evaluar el impacto de la globalización en la educación chilena, se puede concluir la importancia de generar políticas educativas que asuman el nuevo rol de la comunidad educativa para apropiarse de los cambios culturales y diseñar nuevas formas de enseñanza que protejan y realcen el valor de la diferencia, preferentemente, potenciando todas aquellas identidades personales y colectivas que sumen a la construcción de un entorno social más justo y sin discriminación, teniendo presente que las consecuencias directas de estas transformaciones sociales son secuelas de la internacionalización como bien declara José Joaquín Brunner: "prácticamente todo lo que sucede actualmente en el entorno de la educación, así como en relación a la orientación, dirección e implementación de las políticas y los procesos de reforma educacional, aparece adjudicado ... al fenómeno de la globalización" (2000, p.9).

Finalmente, se propone desde la mirada de la educación artística, que a través del patrimonio cultural cada persona pueda dar testimonio de su vida diaria, expresar su capacidad creativa y preservar los trazos de su historia que no solamente forman parte de sectores artísticos, sino que también de gran valor para la humanidad. Además experiencias recientes posicionan a los educadores en un rol activo de esta disciplina, con el fin último de integrar al ser humano en todas sus posibilidades para lograr el reconocimiento que esta ciencia merece por todas sus contribuciones al bienestar social y cultural de la comunidad.

Referencias bibliográficas

Eduardo Salvador Vila Merino. (2006). El laberinto de la educación pública globalización, participación, diferencia y exclusión social. Revista de educación, 339, 920.

José Joaquín Brunner. (23 al 25 de agosto del 2000). Globalización y el futuro de la educación: tendencias, desafíos y estrategias . Seminario de Prospectiva de la Educación en la Región de América Latina y el Caribe UNESCO, 1, 35.

F. Javier García Castaño, Rafael A. Pulido Moyano, Ángel Montes del Castillo. (1993). La educación multicultural y el concepto de cultura. Revista Iberoamericana de Educación , 13, 35.

FERNÁNDEZ ENGUITA, M. (2001): Educar en tiempos inciertos. Madrid, Morata.


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