La fotografía reconfigura roles de género
El siguiente texto tiene por objeto problematizar los roles impuestos por la sociedad a través de una cita fotográfica realizada a la pintura de la artista Artemisia Gentileschi: "Nacimiento de San Juan Bautista". El primer rol que pongo en discusión es la maternidad como un sello propio de la mujer y el segundo como un vínculo ajeno a la masculinidad. Todo esto relacionado a la fotografía desde la perspectiva de autores como Walter Benjamin y Roland Barthes.
En la sociedad actual, la fotografía ha tenido un gran impacto cultural en la vida de las personas, en ella retratamos lo que vemos y también lo que somos, por lo que su contenido (cualquiera sea éste), está cargado de ideologías personales. Para algunos autores como Benjamin, esto significaba la pérdida del aura en la obra de arte, por ende, la fotografía no era arte dentro de sus nociones. La reproducción en serie, el enfrentamiento entre arte y fotografía, o arte y técnica industrial, vienen a destruir este concepto de fotografía por ser una falla de autenticidad en el seno de la producción artística (2003). Si analizamos esta sentencia en siglo XVII, cuando aún no existía la fotografía, pero si la pintura como obra de arte, podríamos considerar que muchos de estos trabajos realizados por grandes artistas estaban cargados de ideologías y mensajes implícitos. Artemisia Gentileschi, primera mujer en entrar a la Academia de Bellas Artes de Florencia, ya en los años 1600 pintaba escenas con mensajes útiles para el posterior estudio de la reivindicación feminista. En ese momento era impensado que artistas cuestionaran y deconstruyeran una obra de arte a través de nuevos relatos como es posible hoy en día con la cita fotográfica, por lo que la función social del arte ha sido transformada por completo. Se han abierto nuevas formas de entender situaciones que antes parecían tan normalizadas, hoy se ha puesto en discusión la credibilidad de autoría de obras de grandes maestros como lo son las pinturas de Jacopo Comin Tintoretto, se han problematizado nuevos roles de género establecidos a lo largo de la historia y no cabe duda, que la reproductibilidad técnica ha configurado una nueva percepción social que la fotografía refleja en ellos una característica propia de la modernidad.
Debido a este avance teórico y tecnológico, es que hemos podido originar nuevos relatos a partir de pinturas de artistas que han transcurrido la historia con una visión vinculada al culto que no necesariamente respondía a criterios éticos, morales ni justos en igualdad.
Cuando en 1634 Artemisia Gentileschi pintó "El nacimiento de San Juan Bautista", realizó una escena que definiría uno de los grandes roles de la mujer dentro de la sociedad. Esta obra fue encargada por el conde de Monterrey para el Palacio del Buen Retiro de Madrid. La escena representa el nacimiento de Juan el Bautista. En el centro a la derecha hay tres mujeres aseando al recién nacido. Detrás de ellas, otra en pie, porta un recipiente circular con agua. En la parte izquierda, sumida en la oscuridad, se ve a un anciano en primer plano escribiendo, quien es el padre del niño, y detrás la parturienta, Isabel. Esta obra representa a simple vista un momento cotidiano dentro de la época barroca que es pertinente abordar para la comprensión de la cita fotográfica. Dar a luz, cuidar a sus hijos y velar por el bienestar de aquellos, son situaciones que nos parecen agusto si pensamos en mujeres como protagonistas, pero entenderlo desde una perspectiva masculina, no resultaba ser agradable en ese contexto. En primer lugar, las obras vistas con anterioridad dentro de la pintura sobre la maternidad, fueron realizadas la gran mayoría, por hombres puesto que las mujeres no podían ejercer ninguna función académica ni artística, su única función se encontraba en la crianza y el hogar, por lo que la escena de esta artista intensifica profundamente el verdadero vínculo de ser madre. Las cuatro mujeres viviendo y sintiendo una conexión propia de ellas que un hombre no podría retratar de tal manera porque no responde a su naturaleza, pero que sin embargo, en primera discordancia, se ha tomado la atribución de renunciar a su rol como padre para cumplir obligaciones fuera de la crianza por no ser lo suficientemente varoniles, y en segunda, al construir la imagen de una mujer de una forma que no las representa. De acuerdo a la pérdida de la experiencia que declara Walter Benjamin en el ejemplo del actor en un contexto de teatro, donde este muestra su verdadera naturaleza al actuar, a diferencia de un contexto de filmación, en donde pierde su esencia porque su actuación está condicionada por las elecciones del director, lo mismo sucede con el retrato, cuando un hombre pinta la imagen de una mujer, la está despojando de toda su integridad como mujer, porque su rol dentro de la pintura está determinado por las elecciones de su pintor. La serie de trazos, posiciones, montajes y expresiones le son predispuestos con el fin de generar una experiencia al espectador, pero la originalidad misma de esta mujer, que no solo es objeto ni superficie, es arraigada de su esencia. Lo mismo sucede también, con los roles que cumple dentro de la sociedad, mujer atractiva, mujer madre, mujer dependiente. Dentro de este contexto, no es dudable comprender que cada uno de estos roles han sido determinados por la masculinidad y falocentrismo.
Cuestionar la imposición de roles me ha hecho crear esta cita para tergiversar la obra de Artemisia a través de un nuevo sentido desde una perspectiva masculina que parece jugar con la ironía, pero que invita a normalizar situaciones que están predispuestas a las mujeres, pero que eso no las convierte en responsabilidades obligatorias. Así mismo, esta cita fotográfica, no está concebida con el fin de hacerse pura y consumista como se refiere Barthes, por el contrario, está realizada con el objetivo de ser recibida a un espectador que sea capaz de sentir la incomodidad de la escena para concientizar políticamente sobre los roles predispuestos por la sociedad, y no de una manera estética. "En el fondo la fotografía es subversiva, y no cuando asusta, trastorna o incluso estigmatiza, sino cuando es pensativa" (1989, p. 81).
Por último, la constitución de esta escena ha originado que hombres puedan sentirse en el rol de la mujer sin ser inferiorizados, y a su vez, ha normalizado el estigma que se tiene de un hombre al participar del nacimiento de un bebé, cumplir la labor de una partera dignamente como varón es el mensaje que este trabajo pretende transmitir, romper los estereotipos de roles independiente del género, y comprender que la labor es justa para ambos. Sin duda es un proceso de cambio que la fotografía nos ha permitido encaminar. Finalmente realizar una crítica a la sociedad actual en donde aún se siguen repitiendo modelos de conducta vinculados al machismo sobre todo en contextos de precariedad, padres ausentes y madres supliendo ambos roles como un trabajo invisibilizado, son problemáticas que debemos cuestionar a través de la teoría para derrumbar patrones instaurados en contra de la inclusión feminista.
Referencias bibliográficas
Walter Benjamin. (2003). La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica. México: Itaca.
Roland Barthes. (1980). La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía. España: Paidós.